¿Quién te protege de tus malos pensamientos?

Hace un rato, estaba leyendo sobre el Blue Monday. Cada tercer lunes de enero se dice que es el día más triste del año porque a muchos ya les ha pasado la emoción del fin de año, porque se retoman los hábitos y cada uno sigue su curso.

¿Qué pasa si estoy cansado? Bueno, muchas veces nuestra energía es baja después de esos días festivos y nosotros nos sentimos sin ganas de nada y justificamos la lucha contra los otros para tener la razón y ser infelices.

Cuando estamos cansados, no tenemos ganas de lidiar con el entorno, de estar de acuerdo con toda la gente que vemos, incluso llegamos a señalar la vida de los demás y eso a veces nos drena más, porque simplemente nos desgasta ver como esas personas tienen sus prioridades y no son las mismas que quizá tenemos nosotros.

Pero… ¿Quién te protege de ti mismo cuando estás cansado? Esto me parece algo muy interesante y pocas veces nos cuestionamos. Porque cuando confrontamos con alguien, en alguien queda la prudencia, pero en su mayoría, con nosotros mismos, no hay quien nos defienda de nuestra mente. ¿Quién nos defiende de nosotros mismos cuando nos hablamos mal? ¿Quién dice basta cuando decimos que no lo merecemos o no somos suficientes? ¿Quién le dice PARA a la mente cuando no deja de hacernos sentirnos infelices o nos hace recordar nuestras carencias?

Creemos que un curso de fin de semana nos salvará y no es así. Creo que es válido preguntarnos en el momento ¿Para qué me ataco?  ¿Para qué estoy escuchando esta voz? ¿Para qué me hago daño? A veces lo hacemos simplemente porque no hemos educado la mente, porque deseamos que las cosas sean de otra manera y estamos dejando de percibir las cosas buenas que sí tenemos. Es un buen momento para regresar a nuestro centro.

No hay que nublar u obstruir nuestro pensamiento con cosas que nos hacen sufrir. Si bien lo dijo BUDA, “El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional” no pongamos el Blue Monday como tendencia para evitar hacernos responsables de nuestra salud mental.

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